La otra cara distante

No tiene sentido la vida
No tiene sentido la muerte
Pero el sentido es una cosa
Que no debe buscarse ni tenerse
Todo instante es origen forjándose
Sin regreso
Al final no hay teoría
Que explique las lágrimas
Ni la angustia del alma
Que se muestra en el cuerpo
Es inmensa la risa
Y más grande es la dicha
Que nos une, al infinito universo
Al que pertenecemos
La otra cara distante
Permanece vedada a tus ojos humanos
Es posible observarla apagando la mente
Frente a un arrollo sin nombre
Donde el agua avanza, al ritmo del tiempo
Sin cuestionar porque es agua
Sin cuestionar porque avanza

La vida de los suicidas

Las cosas que pierden su encanto
La vida de los suicidas
Despojando sus días de alegrías
Estirando su estadía que declina
En sus ojos siempre en despedida
Buscando la última tarde
La última mirada compartida
Esa que nos dejan por simple amor
Sin recompensas
Mente tan inmensa y precaria
Que te sumerges en dolores invisibles
La vida de los suicidas
Dentro del mundo se apagan
Todas las cosas sin remedio
El tiempo es demasiado y pesa en la mañana
Y se sumerge en la noche siempre en soledad
Yo quiero a los suicidas
He muerto ya con ellos
Por eso los comprendo

Solo aquí

Acontece todo en un instante
Cuerpo y espíritu entrelazados
No hay aquí otra cosa que las dos cosas
Contrarias y necesarias
Acontece todo sin aquiescencia
El tiempo es en nosotros
Lo que nosotros somos en el tiempo
Lo evidenciado es precario
Se conoce sin conocer
Se desconoce, conociendo
Acontece y desvanece
Todo en un instante
Paso dado, paso perdido
Las infinitas nociones actúan en el presente
Lo que vendrá no sabe, que se ha forjado antes
Solo aquí estamos
Cuerpo y espíritu entrelazados

Desierto

Es preciso cubrir de arena el laberinto
Que en el desierto se levanta
Para que vuelva a ser desierto
E inconmensurable laberinto

Cinco abstracciones

I
Entre tus manos una esfera luminosa
En tus ojos el reflejo de las esfera
La fascinación de tu mente que la observa

II
En tu mente la acumulación de la memoria
Los regresos inútiles del recuerdo
Cuando el sueño rebasa el sueño
Cuando la noche rebasa la noche
La vida se hace de los caprichos del tiempo

III
Toda tu verdad de inmensa ignorancia se tiñe
Al final solo hay ecos que se hacen costumbre

IV
Esta tarde te sueña demasiado humano
Demasiado corpóreo, demasiado mental,
Demasiado real
Esta tarde te sueña y no sabe
Que ella también es parte de un mismo sueño

V
¿Qué hay delante de los espejos? Tu reflejo reflejado
¿Y qué hay detrás de los espejos? Tu reflejo reflejado
Los espejos, al igual que tú, no tienen lados

Sin imposiciones

He llegado me encuentro conmigo
Los iluminados no detienen la mente
La han abandonado
La vida cercana y el gesto mundano
No pueden bajarme, ya estoy muy por debajo

Al nacer me han nombrado
Pero no soy ese nombre, ni lo cotidiano
Estoy sin coranas, vacío que busca en el vacío
Estoy sin memoria, olvido que festeja el olvido
Los ríos me llaman, estoy a su lado

Las razones que la mente impone
Contrarias son a la naturaleza
El ciclo continuo no tiene razones
Otorga la vida, otorga la muerte
Sin imposiciones

El pico más alto, podré escalar
Y a ningún lado he de llegar
El terreno más llano, podré transitar
Y a ningún lado he de llegar
Es tal el designio de la libertad

El alma, el arco y la flecha

Tú, amenazado refugio
Detrás de un corazón palpitante
Tú, espera sin fin
Detrás de los cristales empañados
Tú, deseo unánime, colapsado de nervios

Te observo, aquí, aconteciendo
Con tu reflejo de días siniestros
Plagados de tiempo y de tantos inventos
Te observo, siempre, aconteciendo
Sobre la sombra del tiempo

Precarias las ofensas
Que tu odio engendra
Precarias las cosas que se anhelan
Sobre la única cosa que vale la pena
Ser sin cadenas, el alma, el arco y la flecha

Toda tu falsa gloria

La hoja caída, la hoja cayendo
La hoja creciendo
Un dios en el cielo, el dios de los tontos
Las palabras justas jamás se pronuncian
Se escuchan latiendo al ritmo del tiempo
Vivir para siempre en un solo instante
Morir en el mismo, saber que no hay regreso

Toda tu falsa gloria recuerda y proyecta
Quien conoce el camino se alimenta en el vacío
Matando todo recuerdo, negando los fines
Es poca la gente que sabe el camino
La hoja caída, la hoja cayendo
La hoja creciendo
Es poca y es suficiente, siempre el número es uno

Hay quien se encuentra frente a la montaña
Hay quien observa la montaña
Y hay quien puede imaginarla
Mientras observa la montaña, frente a la montaña
Crecer como el árbol, cortarse como la leña
Quemarse en el fuego, fundirse en la ceniza
Ir como un sabio que todo lo ha olvidado