Los contrarios

Él que cree
Es un iluso
Y la justificación de la falacia

Él que crea
Es un místico
Por demás escéptico

El primero:
Ve la vida que le queda
Se proyecta
Necesita el orden
Las palabras adecuadas
Lo establecido
El estatus
Los amigos
El rencor
La religión
Los días
Los años
Las experiencia
Entonces
Se reproduce
Engendra algo
Que percibe humano
Varón o mujer
Nena o nene
(Según la clase social)
Tiene un hijo
Lo nombra
Le enseña
Cree que le enseña
Se repite
No avanza

El segundo:
No ve la vida
Permanece
Espera
Se indigna
Cuestiona
Deja de cuestionar
Se esperanza
Nunca se decepciona
No persigue un resultado
Se refleja en los astros
Adora los misterios
Ríe, habla siempre solo
No conoce
Nada
Sabe que no puede conocer
Se repite
Es conciente de eso
No aprende de la experiencia
Imagina, falsifica
Es todas las contradicciones
No avanza
Observa la naturaleza
Y sigue esperando

Intuición

Si miro palabras
Y escucho imágenes
Si sigo esperando
El primer misterio
Será que los días
Se toman sus siestas
Y la vida es aun
La única cama
Jamás desarmada
No se, he leído
A Oliverio
Sentado en el baño
Y los cuentos de Borges
Que tienen la duración
Precisa para esas tareas
El hacedor de ficciones
Intuyó, que así, sería leído
Y creo obras infinitas
E ilusorias como las repeticiones
Para hacer placenteros
Hasta, a los inodoros

En el conclave

En el conclave alguien menos astuto que su súbdito,
Decide, por acción del caprichoso orden del mundo,
el futuro de ese hombre; a quien la espera atormenta.
La incertidumbre de su suerte, es hoy,
echada a la arbitraria reflexión de un superior
curiosamente inferior en lo que a intelecto respecta.

El hombre sometido por necesidad, reflexiona,
sabe o intuye que los sucesos de la vida,
más aun de la naturaleza, no respetarán el camino
de la justicia, ya que esta es un delirio introducido
por la acción deliberada de la mente o de las mentes
de algún otro conclave perdido en la historia,
en beneficio de un sistema de organización social.

Por lo tanto, ya ha comprendido que ningún
intento, que ninguna decisión en lo que refiere
a su caso, será justa, sea esta favorable o no.
En fin, se dispone a no perderse en laboriosos
pensamientos, que reconoce legítimos.
Pues también sabe, que tampoco encontraremos jamás,
nada, precisamente indispensable.

La imagen

I

El día tiene estipulado su tiempo
Se alarga o se acorta
Según el capricho de los soles
La noche no corresponde a ningún momento
No tiene edad, ni variaciones en los espejos
Su rostro es igual al de los misterios
El mundo se asoma de día se conforma del día
Allí los hombres buscan realizarse, comprender su estadía
Y se pierden eternamente

II

Preguntas
¿Por qué estás siempre con ella?
Y no daré jamás ninguna respuesta a nadie
Y no seré jamás la respuesta de alguien
Aquí todo es simulacro ordinario
Las horas no reestablecen el orden del espacio
La tres dimensiones de las caricias
Las infinitas manos de los gestos amorosos

III

Ejecutada como antes, la frase pronunciada
Plagio de un pasado, la podemos encontrar
En innumerables ejemplares
No hay actualidad
La palabra es vieja y contiene sus memorias

IV

Agudizadas voces perfuman el presente
El éxito es el engaño de los charlatanes
Los verdaderos creadores no se alimentan
No conocen estadísticas
No se enferman, reafirman los misterios
Y le otorgan increíbles perspectivas a sus sueños
Hay nombres propios adjudicados a las décadas
Se cree haber arribado a algo en algún momento de la historia
Los dioses continúan inalcanzables, así es como fueron pensados

V

Contrariamente los genios son elevados a los cielos
Cuando de sus funerales ya no queda memoria alguna viva en la tierra
Más grande es el valor de sus ingenios

Visión de una nación en ruinas

He visto con estupor
(¿Por qué no decirlo?)
hombres, que se creen
a su vez, humanos

Avanzaban con pancartas
Por avenidas, ahora peatonales
Esbozando un canto gritado
Que no llegué a comprender
Resplandecían sus rostros
Bajo el poder del sol
Cuando la sensación de rencor
Devino en explosiones de vidrieras

Libertad

En tu nombre hemos visto imperios justificarse
Rojos profundos usarte para luego esclavizar
Mercenarias ideologías te combaten de diestra a siniestra
Como los hombres te han inventado
Eres igual a dios y como a él te desconocen
En tu nombre se han forjado sin vergüenza
Matanzas más voraces que la naturaleza
Más violentas que la muerte

Libertad tantas veces aullada
Por bocas incapaces de quererte
Los diccionarios te lloran
Pues no son capaces de nombrarte
Como tus ojos no han variado
A pesar de tu mirada
Eres igual a dios y como a él
Te doblegamos

Algunos que dicen llamarse poetas
Cuando por la noche transcurren
Inventando sus vidas
Llenan su mente de metáforas infinitas
E imaginan tu reino
Pero iguales a los otros
Solo desean tu poder

El animador

Una noche densa, aun más densa que el atardecer denso del mismo día.
Yo me arrojaba a las distantes palabras que hacían reír a mis compañeros de mesa.
Una anécdota menos precisa, que la justificación de la existencia de dios en la fe.
Se desprende de mi memoria como una gran historia que nunca viví.
Pero que importa ahora la veracidad de mis recuerdos cuando los otros solo quieren seguir riendo a costa de tantas falsías de las que los simpáticos somos culpables, por hacer honor a nuestro talento. Que alimenta el silencio, del que nadie quiere hacerse cargo en la mesa, ahora cuando ya las horas tomaron revancha en los vasos exhaustos.
Reflexiono
O la noche se inclina y se duplica o yo padezco el mal de los alcoholes.