miércoles, 23 de octubre de 2013

La ignorancia


La soledad cruza la puerta
Se va con enemigos que tu carácter fomenta
La ignorancia tiene sus ventajas
Más solo quedarás cuando tratas de converger
Astros, historia, alma y tiempo
No te han engañado, es resignación tu día
¿Por cuál indiferencia desearas el fin?
Juzgadores, pestilencia acobardada, no adelanten el festejo
Reiremos en silencio, debajo de la tierra surge el alimento
¿Cuántas obligaciones has de imponerte para
engañar el cúmulo de tus prejuicios y tus faltas?
La soledad cruza las fronteras de tu alma
Se va con ángeles viajeros de las pampas
Todo estrella que vemos apagarse es estrella muerta
Un siglo atrás, así percibes lo que crees es realidad
El ego domina, galope que no permite tener los pies en el suelo  
Sabes, la marcha no es eterna más pesadas serán tus herraduras
Al paso es la muerte, la noche te espera
Prontamente

El místico sueño


Has llegado a coronar el olvido
De la tristeza que sueña mi destino
Ya no queda tiempo para encontrarnos
Será tu nombre, el cual yo busque detrás
De los espejos, en la tarde ligera
Que dejaré mi sombra y mis caprichos
Tú, a quién intento hallar desde el principio
Ya no rehúses tus dominios y tus dones
Moderados por el tiempo, que ya es milenio
Entre los marítimos fósiles de tu desierto
Es también el mío, he recorrido tus senderos
Mientras alguien forjaba el universo
De los pasos que no son nuestros
En esa invención debemos sucedernos
Son múltiples los ecos que vuelven
En cada permanencia
Se retoma el místico sueño
Ese, que indaga, en la mirada de recién nacido
Ese, que permite, mi esperanza sin respuestas
Ni resultados
Has llegado conmigo, y yo he llegado a tu lado
Hemos venido en el llanto, y en él, acontecemos
Colmena, cueva, nido o refugio
Son certezas del hogar fugaz, que es este mundo
Yo aquí, aún presente disperso palabras
Para quién sueña con paisajes cercanos
E intenta esbozar los planos, del otro lado

domingo, 20 de octubre de 2013

Otras repeticiones - La primera palabra


                     *
la primera palabra te la dije
para conocer tu nombre
la segunda para nombrarte
la tercera estaba coronada de misterio
y éstas son el motivo final del silencio
que se presenta con el sexo derribado
en los cuerpos sin coartadas
no es poesía, no pretende serlo
nada pido en las noches del vicio
respondo a ecos que susurran
cuando cierro los ojos a tu lado
respondo al tiempo que antecede este momento
me resigno a la historia de vencidos y vencedores
prefiero contraer la enfermedad mortal
esa que se otorga amablemente en el nacimiento
para vivir a la espera simulada que te llama
la filosofía es una buena compañía
los días durmiendo tu cuerpo también lo son
no hace falta saber cuál es tu rostro
no es necesario que tus ojos se revelen
o que se precipiten tus manos sobre mí
todo está aquí, con los ojos cerrados
con los ojos abiertos, seguirá estando

sábado, 19 de octubre de 2013

Ciclos y siglos


Dices, alcanzar la verdad es tarea innecesaria
Hay detrás ciclos y siglos perdidos
En tus manos y en tus ojos, algo permanece
Atisbo del tiempo, cifra eterna
Que trasciende las infinitas repeticiones
¿Cómo es que tu cuerpo, no lo sabe?
Y entrega sombra, siempre, desinteresada
Estás en el lugar que la eterna mirada proclama
Estás sin elementos para engendrar la noche
Con palabras masticadas por la tarde
Ya has transcurrido gran parte del tiempo otorgado
Has destinado las horas a la contemplación y al sueño
Has amado el primer gesto de bondad y ya nada
Para vivir un solo instante, hemos venido
Puedo justificarte y más aun puede nombrarte
No eres la única, tantos otros han logrado propagarte
La inocencia no tiene juicio
Lo he sentido, he de inclinarme en su reino
Con tus ojos, yo viajo desde los astros hasta los acantilados
Para abismarme en todos los principios o en uno
Da lo mismo, cerca estás tú aunque no lo sabes

viernes, 11 de octubre de 2013

Sideral


Abramos las puertas de tu cuerpo
Sangre simulada en estanques australianos
Coronas para los muertos recién enterrados
Cosechas que se pierden en diluvios matinales
Abramos el índice de los libros que se guardan
Cortemos el hilo ancestral de la desgracia
Palma caída ya no sirves para la limosna
Cruenta espada hoy es adorno burgués de chimenea
Calcárea mirada estrecha lejanía del felino
Rasga las ropas que sujetan el delirio principal de tu mirada
Escribe sin razón para los niños que viajan
Hacia comarcas perdidas en islas culturales
Extiende tu brazo como los simios rama sobre rama
Carboniza el primer silencio con incendios memorables
Y escucha lo que dicen de ti, los infiernos naturales
Abramos las puertas de tu cuerpo
Extingamos a los torpes que someten ignorantes
Calculo sideral del universo que comprende todo
Tu sombra alberga primeros pasos y ya nada
Pero ves, detrás de los espejos los muebles aguardan
Y las enormes coincidencias te comprenden
Eres el ciclo que comienza eternamente
Esperemos lo que se espera sin coartadas
Al fin hemos olvidado lo innecesario
Y mejor aún lo importante ya no existe
Somos ecos temerosos en los bosques
La vida suele precipitarse en todas partes
Mientras tú abres las puertas de tu cuerpo
Por siempre

miércoles, 9 de octubre de 2013

En el Himalaya


En el Himalaya centro de toda vida
Ciclo crucial, un monje gira la rueda en el templo
Para que la marcha incesante sea
Para los campos la hierba fresca
Para tu cuerpo la carne nueva
En el hospital un niño nace
En el quirófano una madre muere
Un día llega junto a los otros
Y los días pesan en nosotros
No son recuerdos lo que no se ha vivido
Igual la memoria abarca toda la historia
Igual el alma es una sola, que continua
Las palabras suelen ser simples signos
Las caricias pueden ser eternas risas
Pero no lo serán, porque alguien llora
Pero no lo serán, porque el tigre muere
Sin descendencia y será el último
En el Himalaya el cilindro gira
Es solo un ritual, una intención
Que torna en fuerza con las repeticiones
Al igual tus ojos piensan o miran
Y los paisajes ya son viejos en la primera vista
Esa es la verdadera naturaleza del universo
Similitudes y ciclos para que yo o tú
Tengamos la intención de vivirnos
A pesar de la razón que nos obliga
A la filosofía y a los astros
Afortunadamente


domingo, 6 de octubre de 2013

Crisálidas y esqueletos


El suicidio de tu cuerpo
Dentro de la casa que se enciende
Volver al principio del lenguaje
Al signo preciso que prefieres
No pertenecen ya al tiempo 
La noche amalgama el latido
Uniforme de tus ojos
Que despiertan
Sueños y tormentos
La risa viaja por las alcantarillas
Sobre la corriente que vierte
Mugre sin tratar en ríos colmados
El suicidio de tu cuerpo
Al alcanzar el azaroso disparo final
Remontas el vuelo subterráneo
Entre crisálidas y esqueletos olvidados
El desamparo tiene el rostro rugoso
Al igual que la vejes que se despide
Cada día para luego continuarse
La soledad que eres cada noche
Y la libertad perforada de prejuicio
No ganará el odio a la caricia
Reconstrucción minuciosa,  vena sobre vena
Vértebra sobre vértebra, para continuarte