viernes, 30 de mayo de 2014

Otro cristal


La vida temerosa se apaga
Vibrante en el agujero de la noche
Del Gran Vidrio que Marcel tejió largamente
Lluvia, cicatriz pasajera y mal curada
La desgracia limita la libertad
No es otra su condena, por eso nos corroe
Sus formas son múltiples y caprichosas
Aún así subimos por donde ya no se vuelve
Dejando astillas del cuerpo en cada paso
Vamos a morir en la cima, sin envejecer
Es curioso, aún sabiendo, vamos deprisa
Y las palabras son igual que siempre, despedidas
En instantes las causas devoran las reservas
De la vida que nos quedaba
La insaciable muerte nos devuelve al flujo interminable
Mientras otros desde aquí nos retoman, sin saberlo

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