La flor debería tener el aroma que ayer tuvo
En la noche la helada cayo
Y al caer enmudeció el latido de su boca
Yo amaba el ritmos de sus labios
Y creía haberlos esperado una vida
La helada en la noche cayo sobre la flor
Y mi espera era solo un arranque suicidado
Que un loco puso sus sesos en remojo
Y exploto la cien al rojo intimidante
Ayer no debería haber habido ayer
Pues hoy un recuerdo aletarga el pasado
De la flor que a la helada hizo un hogar
Para que la noche duerma su boca
De encantada por los desesperados
Pretendientes que se dieron a sus sombras
El ritmo emanaba de sus labios
El aroma que mi amor desangraba
El rojo padecer de los desesperanzados
martes, 9 de junio de 2009
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