No pensemos en los hombres
No querremos cambiarlos
No valió la pena, nunca valdrá
No hablemos jamás de aquello
No queramos a los hombres
Busquemos en soledad la muerte
Esta, mi gran esperanza
La hechicera de las manos tiernas
No digamos lo incorrecto
No debemos quedar mal
La belleza vomitada
Que ojos tan puros
Las catedrales
El crucificado en lo alto
Los templos
Las siete velas dentro
El amor a los dioses
Que belleza
El mundo y sus diez mil maldiciones
Que belleza
La vida, la caridad
Hombre de buen corazón
Estoy feliz de haber nacido
Cuando todo fue destruido
Que belleza
Las calles y los pobres
Las guerras, las traiciones
Los infieles, los asesinos
Los degenerados, los cuerdos
He visto un ángel imperfecto
Y luego por fin el silencio
martes, 14 de julio de 2009
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