jueves, 20 de noviembre de 2008

llevas las ideas en tu mente

llevas las ideas en tu mente cortando el espacio de las cosas
multiplicándote en la realidad de otras vidas paralelas
conoces el principio que corre sin pausa hacia los días
de los alumbramientos sensoriales donde descansa la aurora
de tu existencia agazapada
las horas milimétricas a la espera de las risas sin causa
y las pequeñas voluntades dan comienzo a su último paso
más largo aún que los sueños profundos en la noche de tu muerte
que sube sobre los acantilados de las sombras disipando el tiempo
en el que has sido un cuerpo animado y tembloroso

las palabras surgen como la noche en el día derramando los siglos
de los significados en los que toma parte mi mente acostumbrada
desde los primeros signos que he encontrado en mi memoria
el silencio envidió mi espíritu repentinamente adormeciendo los recuerdos
por los que he trasformado mi esencia de ángel imperfecto

tengo la vida bajo mis brazos y el astro del que me he bajado para existir
abro mis ojos inquietos buscando los rastros de lo que fue abandonado
una mujer baja sobre la forma de lo inerte inundando mi espacio
perfecto fue el tiempo en el que quise tu rostro sobre otros tantos rostros
cuando ya no pude evadirme se apago tu cuerpo en mí

y el viento nos lleva súbitamente sobre nuestros días acolchonados
con la tristeza en la espalda colmada por tantos sueños permitidos
cuando la noche se hizo carne en las almas desconocidas
la culpa de haber llegado a este punto sin retorno
donde la espera es severa en las horas cada vez más intrascendentes
buscamos el principio de nuestro desvarío en la tierra de los hombres

una sola cosa te ha salvado incesantemente sobre tantas imposiciones
que traes en tus manos con las espinas visibles del pasado
las palabras surgen como la noche en el día derramando los siglos
tu te escondes en ellas temerosamente
y se vuelven perfectas las melodías de su encanto
tanto han dicho tus labios continuamente lo que otros han querido decir
para decorar su vida con sensiblerías banales
tu que has muerto bajo una palabra que logró callar tu espíritu de niño
hoy decoras los cuerpos que te repiten sin conocerte
tu que has muerto tras una palabra jamás enunciada

he escuchado tu grito un poco distante y he vivido en su llanto diminuto
recuerdo el día en que te has marchado de nuestros ojos humedecidos
sordo el tiempo en el que he estado al costado de tu angustia
sordo he sido y la muerte siempre tan radical con los vivos
ha tomado su parte devolviendo tu alma a lugar del que ha venido

a Patricio, y a quienes lo recordamos riendo

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