miércoles, 24 de julio de 2013

El declinar


extraño ser del palacio de la noche
que te entregas simultáneamente al amor y al engaño
grandes coloristas del silencio se ahogan en el declinar
de las sombras
sus pies sumergidos en el Ganges donde muerte y vida
son iguales
inmensa sonrisa te distrae de tus verdaderos disfraces
y abre con la garganta la elipsis de la metáfora y
de la sangre
las manos extendidas esperan a otro cuerpo que no llega
a coronarse único e imperfecto
todas las mañanas te delatas ante el tribunal de
gaviotas (ordenan su vuelo por la noche)
un encanto de hileras yuxtapuestas al margen
de las publicaciones familiares
obligan tu reservada coherencia de carne inadvertida
al corazón mismo de lo que jamás sucederá
pues el diámetro de tu cara es inverso a tu memoria
que no sufre demasiado si se exaltan en ti
las filtraciones trágicas que los sueños cantan
extraño ser del acorralado universo
por cuál imprecisa mirada has de morir de amor
tu cuerpo es la jaula donde el alma sobrevive
las tardes retardadas de conocimiento
ya no buscarás con desesperación
lo que otros
y al ver a una pequeña ermitaña en la plaza
rodeada de inmensas represas
que impiden el desbordante caudal de su mirada
sabrás que tu muerte ya ha pasado
demasiado temprano

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