martes, 18 de noviembre de 2014

El objeto


Ya lo he dicho antes, nada tiene derecho a existir
Pero existe en lo poco de la existencia
El objeto solo puede estar en la superficialidad
La mayoría es objeto la mayoría es banalidad
Todo se articula alrededor de la voluptuosidad
Circunnavegamos el alma sin tocarla
Qué espacio entonces le queda a tu espíritu
A ti ser humano, evolución de desgracias
Por dónde deberíamos empezar a considerarte
Por la vulgaridad de tu cuerpo, por el sexo
Tal vez,  por tu poca decoraza capacidad para asesinar
Para doblegar, para manipular, para abusar
Montón de carnes enquistadas
No rían más de los suicidas
No rían más de los locos
Las distracciones solo complican aún más la enfermedad
Barba crecida diamante inútil
Catalogo de estupideces de credos de rezos
Cardenal consejero del mal
No rían más simios espirales
Que ya han excavado y excavado fosas comunes
Para enterrar a los supuestos enemigos
Hagan el honor de callar
Cometa, tanto miedo le dabas a los hombres del pasado
Libertad, tanto miedo le das a los hombres del presente
Eclíptico planeta que nos albergas con tus sacrificios astrales
Despliega tu poder de magma desatado, de ciclones
De cataclismos, despliégalos sin excepciones  
De cualquier manera no entenderán
Han estado aquí demasiado tiempo
Nada se perderá
La conciencia no tendrá que cargar ya con la reproducción
De esqueletos modificados por el tiempo
Volverá a sus orígenes siderales
Y no podrán reír, finalmente

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