jueves, 27 de noviembre de 2014
La muerte de la cultura
Viajo en la lentitud de obstinados presagios
Oh vegetación muerta de alamedas y de ofrendas
Campos coagulados de sacrificios vulgares
Mástiles ostentosos de banderas asqueadas
Repugnantes cuerpos en las playas repugnantes
Enfermedades desplegadas desde la leche materna
No subiremos más hemos de quedarnos aquí rodeados
De multitudes ignorantes
Palabras multiplicadas por mentiras instaladas
Rezos insignificantes a dioses triturados
Viajo en la lentitud de obstinados recuerdos
Oh oscurantismo nada le haces a mi cuerpo
No existes es endeble la psiquis de tus hacedores
Fuerzas castradas, el mal no reina ninguna voluntad
Caer entre los muertos, ustedes mendigando rituales
Invocando con símbolos poderes ridículos
Voy a reírme de todos porque estoy solo en la sombra
Pequeños insignificantes infelices adoradores
Del poder, morirán para siempre
Morirán trasportando esta carne de confusa apariencia
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