La ventana

La ventana que desea le traiga estrellas
en la noche que comienza
la ventana que no existe en su encierro de colmena
la oscuridad gobierna la habitación de viejas tardes
dentro el colorista responde al sueño conjugado
imagina con sus manos caricias ajenas
que hagan reventar las arterías por amor
y a quien ama ya no importa
Es su vida un pequeño nido ermitaño
donde colapsan las heridas de otros hombres
que él arrastra sobre camas desarmadas
Solo por saberse niño vive, solo por saberse
poeta llena la habitación de ángeles
que vienen en su voz acorazada
Tiene un milagro azulado
y unos ojos que no quieren apagarse
Para todos es el día y la noche
los pequeños gestos que pretenden ser humanos
En medio la soledad enfurecida
calmó su llanto de lágrimas secas
Vio entrar en un bosque la mujer que no soñó
un bosque que en su mente levanto
Hablaron los hombres, enmudecieron los hombres
escucho caer el árbol que no calló
pues la alameda no silenció su canto
y en medio del relato infinito
un cigüeñal sacrificó su tronco
que su copa supo descansar sobre la tierra madre
La ventana está abierta cuando cerrada permanece
el jardín está visible para quien quiera imaginarlo
los astros tienen nombre de constelación
y profesión de guía para náufragos paridos
Solo por saberse niño tiene la inocencia
de saberse hombre amante más allá
de los cuerpos que ha acariciado
La poesía es juego que quiere ser jugado
fuera del tiempo y del espacio en que trascurre
y del pasado se alimenta y en el presente engendrada
y del futura esperanzada
Él es la ventana, la habitación, la mujer en el bosque,
en su mente un jardín donde el niño ama y contempla
las estrellas