Todos los barcos enhebrados en el hilo de los viajes
la aguja cose el mar que al oleaje hace estremecer
con su punta penetrante
Las frutas se exprimen por el pincel que alborotado
de pintura quiere naufragar naturalezas muertas
Ella colorea el ritmo de mis días con encantamientos
que desconocen el poder de su cuello perfumado
Él que es igual a mi, comparte el hechizo en los
dobladillos de los mares, en la frutas a pinceladas
y más muere por ella cada día
Por eso, recita:
Miren el misterio que tienen por delante
Les dieron ojos los sabios desconocidos
Yo a quien pueda dar, daré una mirada de esperanza
Que solo se entregar con el sin fin de las palabras
Ustedes sabrán darlas en otros términos
Más enlazados con este mundo que no comprendo
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