jueves, 21 de mayo de 2009

Un deseo sumerjo

Poesía inútil
Poesía limitada
Poesía hinchada de palabras
Infección de un mundo degenerado
Exigen las carnes el sexo
La noche el sueño
El día la jornada del infierno
Aquí mis ojos me aguardan
Con todas las desgracias
Que ajenas me pertenecen

Deseo sin esperanza
Porque en ella caben los disfraces
Deseo tanto la vida como la muerte
Terrible locura que me domina
Garganta que tiene la braza encendida
Espera que el suicidio se vuelva agua
Alguna vez creí en la belleza
Y cree con artilugios
Grandes bastones para los ciegos
Estoy enfermo y no resisto
la angustia, parásito de mi alma
Que exista dios, que exista el remedio
para morir sabiéndome pensado
y creado por las manos de un gran maestro
que exista el amor, que exista el silencio
para esperar un mar delante y el horizonte
y que mi vida no sea otro bosquejo
que un falso artista no sea dios

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