Ella viene a golpear

Ella viene a golpear sus manos contra el agua
Tiene en los ojos dos planetas desconocidos
Sabe de su poder y todo lo quiere para sí
En las noches no llora, ni ríe de placer
Porque nunca es suficiente, su sedienta razón
Oscurece, todo lo puro que ha olvidado

Las lágrimas que amenazan
No son para ella más que trucos perturbados
Para hacer caer a un tonto engañado
Verdad es todo lo simple y lo fácil
Pero ella disfraza la verdad con elocuente atracción
Y persuade con complejos manifiestos

Ella es habitual, nada tiene de especial
Consigue lo que quiere, cotidiano es el engaño
Cotidiano, el gran número, que sumerge todo en este mundo
Y mira hacia otro lado, temerosa la ignorancia
Ella es un reflejo de ese número, pero al final
Su rostro le será revelado, pues nadie escapa de sí mismo