martes, 31 de marzo de 2009

El tronco era infinito

el tronco era infinito pero generoso
de imperfecciones
tú trepabas
sobre las impurezas de la corteza
plantabas pies y manos
y subías
las ramas eran peldaños ínfimos
las hojas acariciaban tu cuerpo
ayudadas por el viento
ibas hacia arriba
sin pensar por qué buscabas las alturas
a lo largo de innumerables jornadas
emprendiste la subida
con la osadía de los locos
ignorando el peligro
tú continuabas

*
un sentimiento de nostalgia
súbito
turbó tu cuerpo ya cansada
donde el árbol bifurcaba su tronco en dos
conformando una “v”, perfecta
renunciaste a la subida
y por primera vez
en tu desafiante escalada
decidiste mirar hacia abajo
buscando divisar la llanura
donde las penetrantes raíces arraigaban la vida
a la que te habías montado
pero tras la maraña de hojas y ramas
no lograbas ver principio alguno
atormentada, agotada
vencida, te dormías
cuando despertaste del sueño
sobre la alfombra de la sala

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