martes, 17 de marzo de 2009

Es hora

Y si vemos el mal en todas partes
Y vemos el mal en el otro
Y en todos los ojos ajenos lo vemos
El mal que persiste en el hombre
El mal que persiste en la mujer

Es hora de verlo en nuestros ojos
En el reflejo de uno mismo, en cada espejo delator
Es hora de verse a uno mismo con todo el mal del mundo
Verse vencido, diminuto, imposible, maldito
Verse en cada momento igualmente culpable
Que el asesino, el mendigo, el verdugo, el mártir

Porque estamos caídos en nuestro naufragio de siglos
Porque hemos diseminado el espanto, la avaricia, la muerte
El horror de ser un solo hombre y todos
Porque del amor no tenemos nociones más allá de la carne
Y si el poeta tenía razón, tal vez, no hemos nacido aún

Es hora de nacer, de sembrar la esperanza, necesaria belleza
Dejarnos ser auténticos, vencer los prejuicios, las carencias
Tantos odios terribles, todas la ignorancias horribles
En un mundo que aún es un feto de demonio virgen
Que ha muerto antes de dar luz toda vida posible
Es hora de nacer como ángeles en un mismo reino

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