Una madre virgen
Y un hombre crucificado
Símbolo occidental de las religiones
Los clérigos imitan a sus dioses
Los templos de oro, son consuelo de turistas
El arte siempre cerca de los credos
La entrega desinteresada
de los enamorados
Un anhelo inalcanzable, la armonía
Las preguntas sin resolución
Los siglos de errores
Las repeticiones de los siglos
Avanzan las sombras materialistas
El hombre retrocede
Espíritu olvidado
Se concede la gracia a todas las impurezas
Resoluciones psicológicas
Filosofías fenomenológicas
La palabra maldita “yo”
La ambición individualista
Quién pudiera por completo entregarse
Los muertos siempre llorados
Los suicidas despiertan dudas y penas
Pobres desdichados cobardes
Juzgados por los vivos
Finalmente perdonados,
se investiga su naufragio
Cuando se ha llegado demasiado lejos
Se retorna a los dioses
Y se exigen soluciones divinas
Olvidamos las muertes, el horror y las guerras
La historia reemprende su paso
Y retoma el camino incorrecto
El poeta observa la crisálida
asomar su sustancia elemental de larva
La lucha por desprenderse de su cubierta
La naturaleza esconde todos lo renacimientos
Más allá de la decadencia y la putrefacción
Un gusano virgen de esperanza, se libera
miércoles, 25 de marzo de 2009
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