viernes, 26 de septiembre de 2008

Alguien ha dicho algo

La ciudad con sus calles sin salida, con sus habitantes nocturnos
bajo marquesinas y puertas o sobre escaleras, con sus ciegos,
sus mancos y sus sordos.

Todo esta ahí para cambiarse ya no cierres más tus ojos,
que de nosotros depende la salvación y el sacrificio.
Nosotros con nuestras miserias, nuestros miedos y sueños.
La opresión de la ciudad nos delimita, puedo sentir la mirada
rencorosa de los que nada tienen abandonados en las terminales
de trenes, puedo sentir la mirada repugnante de los ignorantes
prejuiciosos que no conocen de libertad y de esperanza.

Una voz susurra suavemente al oído de un transeúnte y se
esconde, una manzana se pudre en la vereda vieja y abusada
Mis ojos calcados ven imágenes repetidas y se derriten las
pupilas, trazamos líneas imaginarias y perseguimos su
desembocadura en campos de luz provocados por luciérnagas
tísicas e innumerables.

La noche se esconde en el día que aparece con un sol más
fuerte y más pleno. El abandono de las camas se multiplica,
se abren las puertas de las fabricas y las oficinas, donde
renace una y otra vez la pobreza espiritual del gentío.
Se encierran las almas en cajitas musicales sin bailarinas.
Yo entregado al tiempo decido perderlo, como quien deja un
tesoro para que otro lo encuentre.

Alguien ha dicho algo que nadie escucha, ya ves no todo
esta escrito ni debe escribirse.

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