Que tu cuerpo sea siempre
un amada espacio de revelaciones.
Alejandra Pizarnik
Animabas con destreza los delirios
Adentrabas en los palacios de la noche
Un cosquilleo de sangre y de horror corría por tu carne
Invadida en el estupor de las sombras profundísimas
No comprendías la naturaleza de los hombres
Y en un imposible silencio se poblaba tu mente desierta
De tus ojos salían lenguajes y frases inmortales
No encontrabas poema donde evadir tu ardor de muerte
Sentías morirte y desvanecías en la memoria de otras vidas
Al despertar ya no lograbas sentir, en tus ojos no te reflejabas
Solo en próximas noches te aventurabas para destruirte
Porque ya conocías la naturaleza de tu espíritu
lunes, 16 de febrero de 2009
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