martes, 10 de febrero de 2009

Dispuesta a tantos ingenios

En la frontera de la indiferencia, soy yo misma
Caigo o permanezco en miserables miradas

Alma extranjera que bienvenida se siente extraviada
De las tiernas caricias escapa al exilio de las casas

Reanimada en un recuerdo
Dentro de él, un desconsolado lugar de la memoria

Desvalida se muestra en la ambigüedad de estos soles
Y en contacto con sus ojos el cielo despierta truenos

Pobre e indefensa la luna compañera
Esconde en las sombras la mitad de su cuerpo

Es de noche y de día al mismo tiempo
O hasta quizá haya desaparecido la noción del tiempo

Pues se encuentra atrapada en la transparencia de cristales lejanos
Por donde la lluvia confluye pequeños arroyos

Infinitas líneas que trazan vías paralelas, donde se encierra
a los locos
Que mucho molestan a los que llaman cuerdos

Las grises distancias de gentes abandonadas por las calles
Calles que hablan de esquina a esquina de vereda en vereda

Mente circular dispuesta a tantos ingenios
Humedecida por los años, sin espacio para los días venideros

Tal vez refiere un territorio imaginado, paisaje de ensueño
Insegura de entenderlo, calla y se envuelve en la nube para seguir durmiendo

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