martes, 24 de febrero de 2009

En este denso prefigurar

En este denso prefigurar de las sombras
He amado la tierna distancia que me separa
En un sin fin de palabras se encarnan las horas
De las mil penas y nada de silencio
Vienen a mí todos los ausentes, improvisan preguntas
¿Cómo puedo saber yo la cura a tantas heridas?
Yo que permanezco, ángel solitario, en la contemplación
de esos rostros sin alma
Caídos en la sumisión de este mundo ridículo
Acatando las formas de la idiotez hablan los días
En los que ya he muerto infinitamente
Toda la falsía en la que nos hemos sumergido
Es hoy este vacío sin nombre que nos gobierna
Y habremos de ir más profundo en este abismo obsoleto
Del que somos culpables suicidas
Hemos dado muerte y la muerte nos ha dado su castigo
Una vida plena en busca de la felicidad eterna

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