martes, 17 de febrero de 2009

Puede cantar la tarde

Puedo cantar la tarde esperando la esplendida noche
Que me dará en sus dones alegóricos esplendores

Puedo viajar mi vida al acierto de las miradas
Y encontrar en cada rostro un sueño compartido

Bajo de tanto en tanto a los reinos de la soledad
Donde puedo sentir la estrecha desesperanza que desgarra

Vuelvo a los días plenos del amor compañero
Puedo renacer en mi sangre otro cuerpo más perfecto

Y ser de los ojos, dueños de encantamientos, esclavo
Cuando su bondad me atrapa desvariando

Los negros y blancos me han delimitado
A los extremos espacios donde se exaltan las contradicciones

Solo en auténticos actos seré fiel a mi destino
Para quien soy su único Dios y creador

De la libertad habré surgido
Cuando cesen mis miedos y los prejuicios concebidos

Ya caerá la fiebre que delira a mi espíritu
Sin carencias hablarán mis palabras más puras

Y dirán lo justo a quien quiera escucharme
Una mujer, de los ángeles más bellos, compartirá mis días

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