Puedo cantar la tarde esperando la esplendida noche
Que me dará en sus dones alegóricos esplendores
Puedo viajar mi vida al acierto de las miradas
Y encontrar en cada rostro un sueño compartido
Bajo de tanto en tanto a los reinos de la soledad
Donde puedo sentir la estrecha desesperanza que desgarra
Vuelvo a los días plenos del amor compañero
Puedo renacer en mi sangre otro cuerpo más perfecto
Y ser de los ojos, dueños de encantamientos, esclavo
Cuando su bondad me atrapa desvariando
Los negros y blancos me han delimitado
A los extremos espacios donde se exaltan las contradicciones
Solo en auténticos actos seré fiel a mi destino
Para quien soy su único Dios y creador
De la libertad habré surgido
Cuando cesen mis miedos y los prejuicios concebidos
Ya caerá la fiebre que delira a mi espíritu
Sin carencias hablarán mis palabras más puras
Y dirán lo justo a quien quiera escucharme
Una mujer, de los ángeles más bellos, compartirá mis días
martes, 17 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario