jueves, 23 de octubre de 2008

De poesía poco

De las agudas miradas nadie escapa en la mañana
Dentro del convoy adormecido que continúa su marcha
Estación sobre estación donde el hombre intercambia
Incomodidad por distracción

Despertamos el amor automático
Con palabras que se dan al viento

Pero en las calles la noche es profunda
En las calles la vida se da en cuentagotas
Somos esos ojos apagados, esas manos derruidas
Que se ofrecen como cuchilladas sobre nuestras ventanillas
Cuando la luz es roja la realidad es infernal

Colocamos la sonrisa fácil en la farsa de la charla
Con palabras que se lleva el viento

Y entonces nacen las nuevas grandes ideas
Que son pan para hoy y condena del mañana
Y nacen los niños en las sabanas hospitalarias
Pobres niños desnutridos sin mañana

Se multiplican las mascaras de gestos simpáticos
Coquetean con las manos ocupadas y besan el vació
Se desminuye el hombre en cada jugada interminable

Retrocede el siglo cada año un siglo
Cuando la luz es verde la realidad es infernal
Pero siguen marchando las delicias de la vida
De caricias poco y de amor poco
Y de entrega menos

Pero siguen marchando los egoísmos galopantes
Retrocede el día cada hora un día
Cuando la luz se apaga la realidad es infernal
Y de presente poco y de futuro menos

Despertamos o seguimos festejando
Caen los cuerpos sobre otros cuerpos diminutos
De un paso al otro hay tres pies de distancia
Retrocede el hombre cada paso un hombre
Y seguimos festejando

De mi no queda más que las palabras
Que se echan a perder en cada cifra
Y me mienten sin piedad pues fueron forjadas
Para nombrar lo que la historia destruyó
De poesía poco y de esperanza todo

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