viernes, 24 de octubre de 2008

A la hora que no había nadie alrededor

A la hora que no había nadie alrededor
Se despertaba un poeta minusválido desde los abismos
Se extendían las lágrimas en la vertiente
De su espalda raquítica y ensangrentada

La inocencia encerraba su alma humana
El amor quemaba su cuerpo pues era todo amor
Pensaba con simpatía que el hombre bueno era
Y creció con la alegría de tener esa premisa
Pero más temprano que otros desdichados
Comprendió que la maldad era propia de la vida
Entendió que nada había tras los ojos

La inocencia la perdió sin mayores explicaciones
Trató de alejarse de la realidad desde niño
Creó mundos paralelos donde el día no existía
Así contempló las horas largos años
Y se sintió tan solo que terminó escondiendo sus encantos

Le enseñaron que en el mundo el hombre era rey
Le crearon una religión y con ella un Dios
A quien él debía temer pues era todo el poder
Le hablaron de la historia humana, de las grandes conquistas
De filosofía y la importancia de la razón creadora de las ciencias
Y con ellas el hombre se hizo dueño de la vida

Un día le dijeron, ya eres un hombre en tus manos llevas el futuro
Pero el miró sus manos suaves y vio nada
Se encontró frente a la vida y pensó en lo que se había perdido
En los deseos cuando joven, creía en el amor
Por tanto derribó los muros de los prejuicios impostados
Se presentó frente al vació y en silencio gritó su llanto
Dijo, si la vida se me fue dada sin pedirme nada a cambio
Entonces la vida es la entrega, concluyó para sí

Sintió alivio en tener esa verdad, renació en su inocencia
Entregó cuanto pudo, el amor cubrió su alma bondadosa
Pero despertó de ese sueño un triste día
Y comprendió que en el mundo nada quedaba para él
Padeció pensando en los grandes días donde la esperanza
Era su reino milagroso de ángeles innumerables y tiernos

A la hora que no había nadie alrededor
Cayó su cuerpo sobre los acantilados
Se extendían las lágrimas en la vertiente
De las correspondencias sin destinatarios
Nada quedó de él pero un recuerdo lo conserva riendo

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