Una fruta tendida en las arboledas de los parques
Dibuja sus encantos en mis ojos que suben más alto
Cuando los días me contemplan y me viven
Cuando las sombras han surgido lejos de su luz
Cuando las noches quedan cortas para entender mis desacuerdos
Los presagios que nos llevan, resultados de la suerte
Nos inundan con su fuerza inventándonos de nuevo
Ya he corrido caminos sordos donde todo estaba escrito
con palabras en desuso
Ya he corrido el sendero de los vientos sobre calles
sin memoria donde cada paso es nuevo
Tontos saltos al vacío de los gestos tartamudos han surcado
tu presencia frente a otro ser desierto
Tengo mi propia voz que es la voz de este mundo
o tal vez de otro lugar que no conoceremos más que en sueños
Las enormes vanidades de los hombres sobre cojines
en la noche que despierta su halo de misterio para esconderle
a los astros las miserias cuando día, aparecidas
El sol revienta mi cara aproximada donde todo es ahora
Pues sin presente ya no hay nada
Tú crees haber visto con tus ojos visionarios más que otros
Cuando poco eres, igual a todos
Una fruta tendida como tantas otras
que mañana dejará paso a otra vida
Cuando el mundo se repita engañando al paseante distraído
que creerá que sigues viva, allí tendida
-La misma de ayer- dirá, cuando ya no existas
más que en otra voluntad, otra voluptuosidad
Tu rostro será otro rostro y así sucesivamente,
sin descanso la vida se abre paso
jueves, 9 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario