domingo, 26 de octubre de 2008

En la noche hablan los días que no fueron

En la noche hablan los días que no fueron
Vuelcan tu vida en el cántaro de horas que se beben
Cuando la leche es tierna hacedora de la infancia
Deidad de tu alma acelerada, rogaras conservar su magia

Te han regalado un cuerpo misterioso
Animado por tu mente cosecha tras cosecha
La carne de los mil y un placeres burlones
La mente de las inexplicables angustias deliberadas
Que rodea tu espíritu dividido y se hace más afable la tristeza

No recuerdas ya los días frente a las aguas de la fuente
Cuando en tus ojos se despertaba el asombro de lo eterno
Bajaban los ángeles para salvarte de una realidad disociada
De la que no eras parte aún, poseída por las trasparencias saltarinas

La infancia dulce alborada de lucidez inigualable
Todo se reduce a la esencia de los descubrimientos al azar
Entonces más dura se vuelve tu mente con las explicaciones
El conocimiento se instala como una enfermedad en tus membranas

Nace el orgullo y nada queda de esa niña resplandeciente
Que contemplaba las aguas de la indiferencia
Hoy quieres volver a tu inocente bellaza
Descubrir la trama de tu mirada en los espejos que multiplican

Buscas profundamente la llama en las pupilas usadas
Buscas reducir tu vida a un solo elemento
Vaciar tu alma de tantos recuerdos empañados
Para renacer en el lecho de un pequeño cuerpo transparente
Y jamás volver a las horas de las nociones que te hicieron endeble

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